El reto es el objetivo a conseguir en el juego, el ingrediente más importante que empuja al jugador a intentarlo una y otra vez. Finalizar el juego es el reto prioritario, pero no todos los juegos tienen un final, o el final es inalcanzable debido a la dificultad, por lo que en todos los juegos interviene el reto del jugador: conseguir avanzar y mejorar la partida anterior, para ello el juego ofrece unos marcadores de progreso:
- Niveles. Aunque no todos los juegos los utilizan es un recurso muy utilizado para estructurar y proporcionar retos secundarios al jugador: los "final bosses", cambios de escenarios, nuevos puzzles, etc.
- Puntuación. La puntuación conseguida permite observar con facilidad nuestro progreso, e incluso compararlo con el de otros jugadores. Es habitual que el juego proporcione mecanismos para mejorar la puntuación (bonus, multiplicadores, secretos, etc.).
- Tiempo. La duración de la partida, cuando se juega a cambio de una moneda, es un factor básico que tienen en cuenta muchos arcades clásicos. La ecuación entre la dificultad del juego y la duración de la partida ha sido muy utilizado por los empresarios de tragaperras, que podían balancear la dificultad para obtener un rendimiento óptimo de las máquinas. En juegos donde no hay niveles o un final definido durar lo máximo posible es el reto.
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